Larreta, Larreja, Larrata

y los Medios Vecinales

por Rafael Gómez

Hay opresión. Penuria por no trabajar o por prever no poder trabajar. Y entonces no poder contar, escribir, transmitir lo que está pasando. Lo que nos une, divide, identifica, beneficia o hace daño a todos quienes vivimos en esta Ciudad, en cualquiera de sus barrios. Hay opresión. Saber, percibir, identificarse y actuar según la información mediática y vivencial que procesamos hace a la cultura, a la sociedad y a la ciudadanía. Es importante la información y la pluralidad de voces. Por eso hay un derecho de acceso a la información y la consecuente libertad de prensa. Que es el derecho a editar medios de comunicación cuyos contenidos no sean controlados ni censurados por el Estado. Y por eso el 15 de agosto de 2018 hubo una conferencia de prensa de los medios de comunicación vecinales para denunciar el control y la censura por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En tiempos de presunta democracia, el control y la censura se ejercen a través de la pauta publicitaria. Desde el comienzo de 2018 la pauta publicitaria del Gobierno de la Ciudad bajó bastante para los medios de comunicación vecinales, no sólo por no adecuarse a la inflación -que fue muy importante en 2017 y sigue siéndolo en 2018- sino porque además  bajó nominalmente.1
A esto deben agregarse los mayores condicionamientos para la inscripción y la reinscripción anual en el Registro de Medios Vecinales, el listado de medios gráficos, radiales, webs, televisivos, que reciben la pauta del Gobierno de la Ciudad. Y a esto deben agregarse los apercibimientos, que son objeciones que hace el Gobierno sobre el contenido o funcionamiento de ciertos medios, que podrían determinar la suspensión de la pauta publicitaria y la expulsión del Registro de los medios apercibidos.
La conferencia de prensa del 15 de agosto frente a la sede del Gobierno porteño en la calle Uspallata al 3100 fue provocada por la reducción de la pauta y por los apercibimientos a 39 producciones radiales. El evento organizado por La Tribu 88.7 FM, La Retaguardia, Radio Grafica FM 89.3 y Frecuencia Zero, tuvo gran convocatoria. Asistieron el legislador porteño Santiago Roberto, los dirigentes sindicales Quique Rositto (AGTSyP), Tomás Eliashev (Sipreba. Sindicato de Prensa de Buenos Aires), Natalia Quinto (La Boca Resiste Y Propone Lbrp), Natacha Bianchi (Familiares y Amigos de Luciano Arruga), Rafael Klejzer y Lito Borello (CTEP) y Matías Levin (CTA-A Capital).
Cubrieron la conferencia Tiempo Argentino y medios vecinales porteños como Periódico VAS, Sur Capitalino, Línea Oeste, El Adán de Buenos Ayres, Barricada Tevé, Tras Cartón y La Taba, entre otros.
Cerró la conferencia Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien ponderó el trabajo de los medios de comunicación vecinales, que en su pluralidad de voces contribuyen y sostienen a la democracia que tanto nos ha costado conseguir, y exigió al Gobierno levantar los apercibimientos a las 39 producciones radiales.
La situación es crítica para los vecinos y para los medios.

LARRETA
¿Por qué ocurre esto? El Gobierno invoca razones presupuestarias. Pero el presupuesto de la pauta publicitaria del Gobierno de la Ciudad para 2018 no se redujo sino que aumentó. Además la incidencia de los medios vecinales en este presupuesto es apenas del 5%. Nada, no hay ahorro presupuestario y lo que se “ahorra” en medios vecinales se invierte en medios corporativos, que toman el 95% de la pauta oficial. ¿Entonces, si no se trata de ahorro, cuál es el propósito de reducir la pauta a los medios vecinales, de agregar dificultades y condicionamientos para la inscripción y reinscripción, y de apercibir a 39 medios con la intención de suspenderles la pauta y expulsarlos del Registro?

El actual jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta tiene una enorme ambición de poder. Fue electo en el 2015 pero gobierna la Ciudad desde 2008, cuando asumió Macri por primera vez y él fue su asesor, jefe de campaña y jefe de gabinete. Ahora Larreta es jefe de Gobierno porteño y quiere seguir siendo jefe, quiere ser reelegido en el 2019 y ya está en campaña.
Dada la actual precariedad política, para cumplir este objetivo hay dos ítems relacionados que completar: 1) El apoyo y auspicio del poder económico porteño; esto se logra brindando muy buenos negocios y adjudicando obra pública. 2) El consenso electoral mayoritario; esto se logra generando una imagen positiva a través de los medios de comunicación.
Larreta tiene la herramienta de la pauta oficial y de la pauta privada (porque ya cuenta con el auspicio del poder económico porteño) para generar elogios, imágenes positivas, distorsionar y cubrir sus errores con silencios. El llamado blindaje mediático, que le dicen. Paga incluso para que no se hable de él.
Este juego: el control de los medios corporativos, las reuniones arregladas para tomar un café con vecinos desarticulando las participaciones comunales, más la obra pública ostentosa, molesta e inútil, tal como la semi-peatonal con metrobús en la avenida Corrientes, (2) son la base de su campaña. Tiene chance, admitamos.
Respecto al control de los medios vecinales surge un problema; estos medios tienen una pauta publicitaria oficial asignada por una ley, la Ley 2.587 (promulgada en 2007) con su decreto reglamentario. Bajar la pauta, como ya lo ha hecho el Gobierno, implica infringir esa Ley; y ya hay por eso un amparo colectivo en curso presentado por 58 medios vecinales contra el Gobierno en el Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 13 de esta Ciudad. Otro problema para controlar los medios vecinales es que son autogestivos, diversos e independientes, y que son 269.

LARREJA
¿Qué hace el Gobierno de Larreta frente a estos problemas? La respuesta fue experimentada por un pequeño grupo de editores y periodistas vecinales. Acabada la conferencia de prensa contra la censura y desalojado el predio, un pequeño grupo (no seríamos más de ocho) decidimos hacer unos trámites en la sede de Gobierno de la Ciudad y al comprobar que la entrada frente a la cual se hizo la conferencia estaba cerrada, nos dirigimos a la otra puerta -la de la calle Atuel- y caminamos en fila, de a dos o de a tres, unos cien metros entre la reja de la sede de Gobierno y el Parque Patricios.
La puerta estaba abierta pero cuando llegamos la cerraron. Dos porteros, uno gordo y otro alto, embutidos en trajes oscuros, cerraron sin dar explicaciones. En pocos minutos, crecen dos sectores, uno a cada lado de la reja, los que quieren salir y los que quieren entrar. La sede de Gobierno, que fue diseñada en principio para funcionar como banco, parece una absurda nave espacial de hormigón. Esto no quiere decir que nos gobiernen seres extraterrestres, pero da la idea. Silencio. Nada se mueve, los porteros no responden, pero es evidente que han cerrado por nosotros. Explicamos que la conferencia terminó, que venimos solamente a hacer unos trámites. No hay caso. El público sigue creciendo dividido por la reja. Algunos intentan salir atravesando por el frente de la nave hasta la primera entrada. Los cadetes y motoqueros nos echan la culpa por no poder trabajar, entregar los pedidos. Llega un patrullero de la Ciudad. Insistimos con los porteros, hablamos con la policía. No hay caso. La policía dice que preguntemos a los porteros y los porteros se alejan hacia la nave para no escucharnos. Llega una empleada del Gobierno para despachar algunos trámites a través de los barrotes. Dos motoqueros le hablan y revolean sus pedidos por encima de la reja. ¿Por qué no abren? ¿Nos tienen miedo? No. ¿Qué podríamos hacerles? Es al revés. Quieren meter miedo. En este caso, el miedo a la exclusión.

LARRATA
Una de las primeras cosas que hizo el Gobierno de Larreta fue dividir el espacio público con múltiples rejas, vallas y cercas, planteando claramente zonas de exclusión. (3) La imagen alude a aquella famosa novela de Manuel Scorza llamada Redoble por Rancas, donde las cercas crecen sin pausa tendidas por las corporaciones para aislar y despojar a los indígenas de las tierras. La exclusión en medios de comunicación ya está en juego a nivel nacional. Hubo 357 despidos en Télam. Están literalmente tras las rejas los dueños de C5N. Y al momento de cerrar esta nota -5 de septiembre de 2018- hay un paro por paritarias en Página 12 y una marcha desde el Obelisco al CCK por los despidos de Télam y en defensa de la comunicación pública.
En el caso de los medios vecinales Larreta también maneja la exclusión: la reducción y suspensión de la pauta oficial en medios que son de distribución gratuita, según indica la Ley 2.587, pueden llevar a la desaparición de estos medios, a la opresión, a no trabajar. El fenómeno resulta complejo. La reja marca dos sectores pero también divide al sector de los excluidos. Hay, por ejemplo, un enfrentamiento entre cadetes y periodistas frente a la puerta. Los cadetes culpan a los periodistas por no poder trabajar, pero la reja la cerró el Gobierno. Y es aquí donde ocurre el aprendizaje, una revelación, la respuesta que experimentamos. El miedo hace que haya divisiones entre los candidatos a la exclusión, entre los propios medios vecinales. El miedo puede convertirse en unión, solidaridad, lucha, colectivo; o puede convertirse en rata. ¡Sálvese quien pueda! Y la rata colabora con Larreta, lame culos, sopla, huye, traiciona, arma chicanas y también divide.
Larreta produce la reja. Pero Larreja puede producir la rata o la lucha digna.
Depende de nosotros.
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1.Ver Periódico VAS Nº 110. https://www.periodicovas.com/larreta-contra-medios-vecinales-de-comunicacion/
2. Ver Periódico VAS Nº 113. https://www.periodicovas.com/corrientes-y-el-laberinto/
3. A tal punto llega la obsesión, que incluso en las plazas enrejadas se han vallado con telas reticuladas naranjas -usadas en la construcción- de 60 cm. de altura las parcelas de césped (Plaza del Congreso).

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