El Grito Villero

Por Mariane Pécora Las villas porteñas son tan contundentes que se hacen invisibles. Invisibles como los cartoneros y los desposeídos que viven en la calle. Están ante nuestros ojos pero no las vemos. Nuestra impotencia las invisibiliza para protegernos de la locura. La clase política las invisibiliza porque son la muestra palpable de su fracaso. El poder las económico las invisibiliza porque su vergonzosa esencia reside en la pobreza.