
Ángelo, el ángel de la esquina
La esquina está llena y a la vez vacía. Llega un hombre delgado cargando una pesada mochila, se instala en el pequeño universo de un par de baldosas, saca de la mochila un pedestal de cartapesta, y comienza la metamorfosis. Cambia zapatillas por chinelas blancas, se coloca camisones, un par de alas, pinta su cara de blanco, se coloca gorro, corona y una túnica bordada, sube al pedestal y se convierte en una estatua. Interactúa con los transeúntes, los sorprende, los modifica, les pone un ancla.