Paquita Bernardo, la pionera del bandoneón

Paquita Bernardo fue la primera bandoneonista de la historia del tango y la primera mujer en encabezar una orquesta propia, alguien que a pesar de su corta vida -murió a los 24 años a causa de una neumonía- se erigió en un referente femenino de la música ciudadana.

Conocida como «La Flor de Villa Crespo», la música de cabello prominente y mirada profunda, nació el 1 de mayo del 1900 en ese barrio porteño y formaba parte de una familia de ocho hermanos.

Francisca Cruz Bernardo -su verdadero nombre- fue compositora de tangos y tuvo el privilegio de tener como pianista en su agrupación a Osvaldo Pugliese, quien era cinco años menor que ella.

Amante de la música desde su infancia, Paquita convenció a sus padres -inmigrantes españoles- que le permitieran estudiar piano. Fue al conservatorio de Catalina Torre, donde en 1915 se encontró con un instrumento que marcaría definitivamente su destino.

Al mismo lugar iba a estudiar bandoneón el joven José Servidio, lo que dio lugar a que Paquita conociera ese instrumento que hasta ese momento pertenecía al universo de los hombres,

En aquel entonces no era bien visto que una mujer tocara el bandoneón, sin embargo la joven no dudó en pedir que le enseñaran a ejecutarlo, y tuvo como maestros a Augusto Berto, Pedro Maffia y Enrique García, quienes le enseñaron en absoluta reserva.

Así inició un camino propio y transgredió los mandatos sociales que imperaban en esa época, se negó a aprender los oficios destinados a las mujeres de la época y a casarse. En sus presentaciones nunca usó pantalones, vestía una blusa blanca -que a veces cambiaba por camisa y corbata- y falda negra. Gracias a esta impronta allanó el sendero  para que otras mujeres, como Nélida Federico y Carl Algeri, también se volcaron al sonido del fueye.

Pero no sólo la música atraía a Paquita Bernardo, como operaria en  una fabrica de medias y tuvo posiciones obreras combativas cercanas al anarquismo y bregaba por la emancipación de la mujer y la igualdad de derechos respecto a los hombres.

Es así, como a partir de los años 20 comenzó a tocar en los bares y salones cercanos al arroyo Maldonado (actualmente bajo la avenida Juan B. Justo), siempre acompañada por sus hermanos Arturo o Enrique. En ese tiempo comenzaron a llamarla “La Flor de Villa Crespo” y “La mujer bandoneón”.

Murió 15 días antes de cumplir 25 años, a causa de una neumonía. Paquita no llegó a grabar un disco pero compuso 15 obras, una de ellas interpretada por Carlos Gardel denominada tango “Soñando”. Pieza originalmente instrumental a la que Francisco García Giménez le puso letra a pedido de “El Zorzal Criollo”.

 

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