
Parque Lezama: la obra interminable
por Mariane Pécora Verano porteño. Barrio de San Telmo. Una mujer intenta llevar a sus hijos de picnic al Parque Lezama, cargan una heladera portátil, termo, mate, facturas, reposeras… Al llegar se encuentran con el cerco.

Susy Shock. “Buena vida y poca vergüenza”
por Mariane Pécora “Para dar luz… hay que prenderse fuego”, enfatiza una voz, suena la caja, y estalla la canción. Así… /con el canto alado /Así… viene este presagio /Así… huellita de pobres/Así… huellita de tanto /Así… desenmascarando/ Así… contra todo falso/ Así… cruda y femenina/ Así… masculina a ratos/Así… colibrí en el modo

El Grito Villero
Por Mariane Pécora Las villas porteñas son tan contundentes que se hacen invisibles. Invisibles como los cartoneros y los desposeídos que viven en la calle. Están ante nuestros ojos pero no las vemos. Nuestra impotencia las invisibiliza para protegernos de la locura. La clase política las invisibiliza porque son la muestra palpable de su fracaso. El poder las económico las invisibiliza porque su vergonzosa esencia reside en la pobreza.

Afrotarse. La catarsis de los percudidos al Konex
por Mariane Pécora Ellas y ellos son sub-30. Llevan el cabello largo, rastas o cortes asimétricos. Llegan cargando tambores, derbakes, timbales, redoblantes, djembes, bongós, repiques. Se colocan en ronda, se miran. Paku hace una seña y comienzan. El ritmo es acompasado, efervescente. Suena armonioso, incluso cuando alguno improvisa o comienza a danzar. Están tan mimetizados que la cadencia nunca se pierde. Y de repente, todos nos encontramos marcando el compás con el cuerpo o con las palmas. Nos adentramos en la forma tribal de la música; experimentamos una especie de (Leer más…)