
Relatos Indómitos
Vidas de Porquería por Marta García «Veo que mi vida es una reverenda porquería”. Por la expresión de su cara pensamos que eso estaba diciendo nuestro vecino de pocas palabras. De otro modo no nos explicamos su comportamiento. No encontró mejor modo para dejar de ver su vida de porquería que cerrar los ojos. Hay que aclarar que nunca pensamos eso de su vida porque no la conocíamos lo suficiente y aparte las nuestras dejaban mucho que desear. Caminó a ciegas una cuadra. Como no pasó nada, salvo engancharse con (Leer más…)

Relatos Indómitos
Suspendidas por Marta García De un día para otro, una de nuestras vecinas dejó de pisar el suelo. Flotaba feliz sin helio. Como cuando volvíamos con el changuito del super lleno de ofertas. Nunca la molestamos con preguntas indiscretas sobre su nueva condición y ella dejó de enojarse por el poco alumbrado público y la cantidad de baches que había en nuestra calle. Cada quien hacía sus vidas desentendiéndose del deterioro comunal. Solo teníamos curiosidad por saber cómo podía flotar sin helio y sin ofertas. Y ella se preguntaba cómo (Leer más…)

Relatos Indómitos
Polvo de estrellas… Ellas por Marta García Quién dijo que en un café no es posible conocer a una nebulosa con cara y todo. A ella le pasó algo cataclisísmico cuando se encontró con ella. Y lo mismo le pasó a ella. En el casco céntrico del planeta, ella y ella supieron que venían del mismo fósil y huían del mismo maltrato de agujeros negros. ¿Cómo pudieron encontrarse en esa vereda adoquinada a la que cayeron por un colapso termonuclear? ¿De qué forma inverosímil sus átomos lograron reconocerse en medio (Leer más…)

Relatos Indómitos
El niño que abrazaba los semáforos por Marta García Tenía siete años. Su mamá se ponía roja para que él pudiera bailarle a unos autos que no querían pagar la entrada a ese espectáculo único: Michael Jackson y su caminata lunar en patas. También le cuidaba el trapito y ante una inminente lluvia de desprecio lo rescataba poniéndose verde. Cosas que sólo hace una mamá. Con los mocos colgando, olor a pis y limpiándose con servilletas usadas, dormía debajo de un banco de la plaza con ese calor que construye (Leer más…)