Relatos Indómitos

Diminuta por Marta García En nuestro enorme pueblo sin fantasía vive una diminuta niña con imaginación. Ella no camina. Se desplaza, etérea, a bordo del filamento de un plumerillo. Al verla volar, nuestros borcegos caen muertos de amor y de envidia contra calles polvorientas sin municipio. Como se pierde con facilidad en espacios grandes, busca siempre los pequeños. Ya nos acostumbramos a encontrarla dentro del cajón de botones de la mercería, pegadita al borde de la lata del dulce de batata del almacén o meciéndose dentro de media cáscara de (Leer más…)

Relatos Indómitos

Al otro día por Marta García Habían adquirido la costumbre de hablarnos los domingos como si se fueran a morir el lunes. Al principio les creímos y nos despertábamos ansiosas los lunes con la idea de que los habíamos perdido para siempre. Sin embargo, seguían aquí, bailando en el living de su casa, más vivos que nunca. Desengañadas, dejamos de despertarnos los lunes impacientes por encontrarlos. Como les gustaba que los buscáramos, comenzaron a hablar los lunes como hablan los domingos los que se van a morir en veinticuatro horas. (Leer más…)

Relatos Indómitos

Lindísima amapola por Marta García Cuando en el taller logramos llegar con vida a esta altura del año y, sobre todo, de este año, ya no tenemos paciencia para comentarios extensos y audios largos. Y hablamos como con alias bancarios: guillotina.desafilada.desastre / criollitos.mordidos.quién / papel.50grs.chotísimo. Y el hit de fin de año: bar.enojadísimo.pagar. Sólo por citar a los que no hablan tan mal de lo que somos. Estos últimos días, antes de cerrar por todo enero, escuchamos un alias diferente desde el patio: –amapola.nona.nana. Es la voz del impresor que (Leer más…)

Relatos Indómitos

Suspendidas por Marta García De un día para otro, una de nuestras vecinas dejó de pisar el suelo. Flotaba feliz sin helio. Como cuando volvíamos con el changuito del super lleno de ofertas. Nunca la molestamos con preguntas indiscretas sobre su nueva condición y ella dejó de enojarse por el poco alumbrado público y la cantidad de baches que había en nuestra calle. Cada quien hacía sus vidas desentendiéndose del deterioro comunal. Solo teníamos curiosidad por saber cómo podía flotar sin helio y sin ofertas. Y ella se preguntaba cómo (Leer más…)