El más humano de los dioses

por Eduardo Galeano (*) (…) Cuando Maradona dijo que quería irse de Nápoles, hubo quienes le echaron por la ventana muñecos de cera atravesados de alfileres. Prisionero de la ciudad que lo adoraba y de la camorra, la mafia dueña de la ciudad, él ya estaba jugando a contracorazón, a contrapié; y entonces, estalló el escándalo de la cocaína. Maradona se convirtió súbitamente en Maracoca, un delincuente que se había hecho pasar por héroe. Más tarde, en Buenos Aires, la televisión trasmitió el segundo ajuste de cuentas: detención en vivo (Leer más…)