Relatos Indómitos

El día en que María Callas cantó como Chavela Vargas por Marta García Amanecí otra veeeeez entre tus brazos y desperté llorando de alegríaaaaa…” La voz reventada de Pili se descargaba en el patio y se metía por la ventana entre la tostada y la manteca. Aroma café con canela. Sabor tequila. Su voz desmoronada de Chavela Vargas elevaba cuerpos y almas de aquella rupestre barriada obrera. Si bien la abu tenía una vida despechugada como Chavela, la que tenía su voz y su figura era su (nuestra) amada Pili. (Leer más…)

La cosa vino movidita…

por Marcelo Valko Esta historia comenzó casi veinte años atrás, cuando me invitaron a Santiago del Estero a presentar “Los indios invisibles del Malón de la Paz”, la marcha de los kollas que en 1946 llega a Buenos Aires para pedirle a Perón justicia por sus tierras usurpadas por latifundistas de la talla de Robustiano Patrón Costa. Estaban previstas dos conferencias, una en Santiago y otra en la ciudad de Frías, ambas estaban enmarcadas en el interesante proyecto Café Cultura Nación creado por José Nun, Secretario de Cultura de la (Leer más…)

Dar la pelea III

por Mariane Pécora Mediodía del 24 de enero de 2024. El rectángulo que circunda el Congreso de la Nación, entre la avenida 9 de Julio y Riobamba y desde avenida Corrientes hasta Hipólito Yrigoyen, es un río de cuerpos que crece y se hace marea en la movilización convocada por la CGT, la dos CTA y distintas organizaciones sociales, en rechazo al DNU 70/23 y el proyecto de Ley Ómnibus, promovidos por el presidente Javier Milei. Una vez más, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich pone en marcha el Protocolo (Leer más…)

Crónicas VAStardas

Willendorf por Gustavo Zanella 92 personas en la fila. Todas puteando al creador del cielo y de la tierra, al pelotudo del Tío Alberto y al subnormal de Milei que de tanto practicar el incesto se olvidó de arreglar el asuntito del subsidio con los colectiveros; y los tipos, como todo empresario que se precie, deciden cagarse en el prójimo en pos de pagar la cuota que les queda del yate. La fila llega hasta la esquina y la dobla, complicándoles la vida a la trabajadora sexual, a un vendedor (Leer más…)