Demoliendo Identidad

La especulación inmobiliaria arrasa el patrimonio arquitectónico porteño

Por Mariane Pécora

¿De qué hablamos cuando hablamos de Patrimonio Cultural?
Una comunidad deja huellas. Con paso del tiempo estas huellas devienen en signos y el territorio que habita en paisaje. El paisaje es la forma primaria de patrimonio cultural, ambiental e histórico con el cual la comunidad se identifica y forja su memoria colectiva.
Una ciudad es un paisaje. Está integrada por un conjunto de elementos de valor histórico que dan vida a tradiciones que reflejan la herencia de generaciones pasadas.
Buenos Aires es un gran paisaje. Un amasijo de bienes materiales e inmateriales conforma su patrimonio y da identidad a las manifestaciones de la cultura ciudadana.
Los sitios históricos, los monumentos, las construcciones, los espacios públicos, los bienes arqueológicos forman parte del patrimonio cultural arquitectónico. La normativa que regula la protección de estos bienes y el modelo de gestión para su preservación, resultan muchas veces inadecuados debido a los procesos burocráticos de catalogación y a la falta de control sobre la nuevas edificaciones. En este sentido, la ley de Protección Patrimonio Cultural de la Ciudad, está en constante puja con el código de Planeamiento Urbano, que alienta la construcción y soslaya la protección del patrimonio urbano.

Estado de situación
La desarticulación de las políticas públicas sumada a la falta de un modelo adecuado de gestión del patrimonio y a una concepción de un planeamiento urbano librado a la lógica del mercado inmobiliario, son algunas de las razones que hacen que el patrimonio de Buenos Aires, más precisamente el Centro Histórico de la Ciudad esté considerado, desde 2010, como uno de los 100 sitios culturales en riesgo a escala mundial (2).

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El ombligo de la historia
El Centro Histórico es el punto neurálgico donde la historia y la memoria se conjugan con el patrimonio edilicio y arquitectónico más antiguo de Buenos Aires. Fue eje y lugar de confluencia del damero trazado por Juan de Garay en 1580, asiento de las primeras familias porteñas y de las instituciones más emblemáticas de la Ciudad. Nace en Plaza de Mayo y abarca los barrios de Recoleta, Retiro, San Nicolás Montserrat, Constitución, San Telmo y parte de Barracas y La Boca. Alberga los edificios más antiguos y también hitos representativos de Buenos Aires, a nivel nacional e internacional, como el Teatro Colón. El sector más antiguo, se ubica en torno de la Plaza de Mayo y se prolonga por la Avenida de Mayo: eje cívico construido a fines del siglo XIX para celebrar el Centenario de la Revolución de 1810, que vincula la Casa de Gobierno con el Congreso Nacional. En la zona se emplazan: el Cabildo; la Catedral, iglesias y conventos de los siglos XVII y XVIII y las sedes del Poder Ejecutivo y la Legislatura local. El resto corresponde al segundo crecimiento de la ciudad, a partir de mediados del Siglo XIX y testimonia el auge de la Argentina agropecuaria y su inserción en el mercado mundial. Hay en el área un centenar de Monumentos Históricos Nacionales y más de ochocientas parcelas catalogadas. En 2007, la Secretaría de Cultura de la Ciudad identificó como patrimoniales a otros 1200 edificios, que todavía carecen de protección.

Batería burocrática o de cómo el lobo cuida ovejas

El Ministerio de Desarrollo Urbano de la Ciudad y el Ministerio de Ambiente y Espacio Público son los organismos encargados del cumplimiento de las normas de protección patrimonial en la Ciudad. Integrados cada uno de ellos por un total quince dependencias “abocadas al desarrollo urbano de la Ciudad y a la protección de su patrimonio”, de las cuales el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP) (1) es el organismo clave. Encargado de catalogar el patrimonio ciudadano, en él recaen todos los pedidos de aviso de obra o intención de demoler un edificio anterior a 1941. Su autorización es vinculante: si decide que el inmueble es patrimonio de la Ciudad, lo eleva la Legislatura para su aprobación. En cambio sí lo desestima, automáticamente puede empezar la demolición. Pero además, hay un plazo de sólo 45 días previsto para examinar cada caso. Si el caso no se examina, se considera desestimado y arrancan las retroexcavadoras.

Amparos y acción popular

En los últimos tiempos la movilización vecinal y la vía judicial se han transformado en el vehículo más efectivo, sino el único, de protección del Patrimonio Cultural de la Ciudad.
Son los vecinos quienes alertan a los Legisladores, a las ONG’s y a los medios de comunicación cuando advierten que se está poniendo el peligro el patrimonio de la ciudad.
La interposición de una acción de amparo o de una Medida Cautelar a fin de que un Juez competente ordene el cumplimiento de la ley y la protección del bien en peligro, se han convertido en práctica cotidiana.
Existen en la Ciudad casos de intervención vecinal que han logrado frenar demoliciones, preservar lugares emblemáticos y rehacer el entramado histórico.

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Capilla y Convento de Nuestra Señora de Las Victorias – Libertad 870, esquina Paraguay.

Este complejo de arquitectura neogótica data del siglo XIX, fue escenario de la batalla de la Revolución del Parque que se desarrolló en la Plaza Libertad el 26 de julio de 1890, siendo la torre de las Victorias centro del fuego de la artillería.
Hace exactamente un año, se comenzó a demoler la antigua capilla situada sobre la calle Libertad 870, para construir un edificio de oficinas de ocho pisos con dos subsuelos de cocheras. El plan de obra contemplaba también la construcción de pisos de oficinas apoyados sobre la terraza del resto del convento (en una especie de «L» invertida) casi hasta llegar a la esquina con Paraguay y otro edificio más alto hacia el interior de la manzana.
Los vecinos advertidos de la inminente destrucción actuaron de inmediato y presentaron una acción de amparo, que luego fue convertida a una impugnación de acto administrativo, debido a que el complejo contaba con protección de tipo estructural.

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Confitería Richmond – Florida 468.
Inaugurada en 1917 la Confitería Richmond, es una síntesis de la identidad cultural de la Ciudad. Decorada con estilo inglés, y como un remanso elegante en el fluir del Centro, La Richmond integra el patrimonio histórico de nuestra Ciudad y conforma el señero universo de los llamados “bares notables”. Allí se fundó al grupo literario “Florida” y fue un punto de encuentro de intelectuales, escritores y artistas.
En los primeros días de agosto de 2011, trascendió que los dueños de la tradicional y elegante confitería Richmond, habían vendido el inmueble a un grupo inversor que instalaría allí el “Nike Store más grande de la Ciudad”. La intervención de vecinos, ONG’s, legisladores porteños y miembros de la Comisión de Protección del Patrimonio de la Ciudad, no se hizo esperar. El 11 de agosto, la Legislatura declaró patrimonio Cultural de la Ciudad Confitería Richmond como sitio histórico vinculado con acontecimientos del pasado, de destacado valor histórico, antropológico, arquitectónico, urbanístico o social. El 15 de agosto, la confitería amaneció cerrada, vaciada de muebles y los vidrios blanqueados. El 18 de agosto, la legisladora María José Lubertino promovió una acción de amparo contra el Gobierno de la Ciudad, para que ordenase a los propietarios del establecimiento que se abstuvieran de llevar a cabo o de continuar con las obras en el inmueble. El 25 de agosto de 2011 el Juez Juan Fernando Lima hizo lugar a la acción iniciada disponiendo «…que no podrá tomarse ninguna medida de enajenación, transferencia, modificación, destrucción (total o parcial) en relación con el inmueble donde funcionada la Confitería Richmond sin la autorización expresa de y fundada del órgano de aplicación prevista en el artículo 13 de la Ley 1227 y del Decreto 312/2006…» Esto significa que la antigua Confitería Richmond se encuentra protegida mientras no se dicte autorización alguna por parte del GCBA.

Casa Suiza – Rodríguez Peña 254
En 1861 se fundó la “Sociedad Filantrópica Suiza”, una de las más antiguas sociedades de este tipo en la Argentina. Tuvo como fin ayudar a los inmigrantes de esa nacionalidad, facilitándoles dinero, asistencia en la salud y cobijo a todo aquel que viniera de Suiza y que, por diferentes razones, no tuviera techo. Su sede, llamada “Casa Suiza” es un edificio estilo art-decó de fines del siglo XIX que se erige en el Centro porteño. Entre los años `20 y fines de los `70, la casa fue ininterrumpidamente alquilada por el Shimmy Club, una asociación de afroargentinos, para sus bailes de Carnaval, que duraban ocho noches.
En enero de 2012, los vecinos denunciaron que la Casa Suiza estaba a punto de ser demolida. Legisladores, ONG’S, y el protagonismo de la organización afroargentina Misibamba, frenaron el emprendimiento inmobiliario a través de un amparo judicial. Se inició también el proyecto de catalogación del inmueble para que sea declarado bien integrante del Patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires.
El 18 de junio de 2012, el juzgado interviniente dictó la Medida Cautelar de no Innovar y prohibió la demolición y/o intervención del inmueble.
Pese a la resistencia interpuesta, la “Casa Suiza” ya perdió una de sus principales batallas porque, pese a la protección legal y judicial del inmueble, ya fue desmantelado el salón de actos, que era el corazón de su historia centenaria.

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Convento Santa Catalina – Viamonte esquina San Martín

En mayo del 2012 la ONG Basta de Demoler inició acción de amparo para anular de manera definitiva construcción, autorizada por el gobierno de la Ciudad, en la manzana comprendida entre Córdoba, Reconquista y Viamonte. ¿Las Razones? Esta obra violentaba, ponía en peligro y afectaba en forma directa al inmueble lindero, declarado Monumento Histórico Nacional en el año 1942, el “Convento e Iglesia Santa Catalina de Siena”,
La construcción de un mega proyecto con destino a oficinas comerciales, hotel 4/5 estrellas, viviendas, apart-hotel, locales comerciales y estacionamientos que provocaría daños enormes al monumento histórico y perjuicios irreparables al Convento, que data del año 1745, único en la zona, ya que cuenta con 267 años de existencia. A tal punto este emprendimiento afectaría el paisaje histórico urbano que el Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales (CAAP) desaconsejó su realización. Sin embargo el Gobierno de la Ciudad emitió el permiso de obra. El 10 de abril de 2013, se hizo lugar a la medida cautelar por lo que la obra se encuentra suspendida. Hasta el momento, ni el Gobierno de la Ciudad, ni la empresa “Santa Catalina de Siena S.A.” apelaron la medida. Eso significa que dicho pronunciamiento se encuentra firme.

El fin de las cautelares

Situaciones como las descriptas, están a la espera de una sentencia definitiva. Es la justicia la única que determinará la continuidad o la suspensión de la demolición del Convento Las Victorias; la que dispondrá o no que la Richmond se transforme en una tienda deportiva; la que autorizará o desestimará la construcción de una mega torre junto al Convento Santa Catalina de Siena; o la que dará el visto bueno para que la piqueta termine con lo que queda de la Casa Suiza -por enumerar tan solo los casos descriptos-. Las medidas cautelares suspenden un acto u acción hasta que se dicte la sentencia definitiva. En la ciudad de Buenos Aires, la defensa del Patrimonio Cultural se sostiene del delgado hilo de los amparos judiciales. En los últimos dos años se han presentado más de cincuenta amparos judiciales contra el gobierno porteño, por temas relacionados con la salvaguarda del patrimonio edilicio de la Ciudad. Esto muestra que desde los organismos del Gobierno no existe voluntad política para acelerar los trámites de catalogación, y los conflictos siguen engordando expedientes. La pregunta de rigor es entonces: ¿Qué pasará cuando, reforma judicial mediante, se limiten las cautelares?
Por lo pronto, se sabe que en la Legislatura porteña está en danza un proyecto presentado por el diputado Cristián Ritondo (PRO) para poner plazo y acotar las medidas cautelares. Una herramienta que a nivel nacional serviría para frenar los vicios de algunas corporaciones y, por ejemplo, para dar absoluta vigencia a la Ley de Medios. En la ciudad de Buenos Aires esto podría convertirse en una arma de destrucción masiva por dar lugar a la impunidad y poder de acción a la especulación inmobiliaria.

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1. La World Monuments Fund incluyó el área céntrica de Buenos Aires en el listado de “sitios en riesgo 2010″, un listado de 100 sitios culturales que se encuentran en peligro, ya sea por políticas ineficientes de preservación o catástrofes naturales. Otro sitio en riesgo elegido es el teatro Colón. La presentación fue hecha en conjunto por la ONG Basta de Demoler y la Fundación Ciudad, con el objeto de alertar a la comunidad internacional sobre el estado del patrimonio en Buenos Aires y generar los cambios necesarios para revertir la situación.
2. El CAAP está integrada por cuatro instituciones fijas (el Ministerio de Cultura, la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad y dos comisiones de la Legislatura) y otras siete invitadas, con voz y voto, de las cuales tres no envían a sus representantes; y una cuarta, el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), que el año pasado se retiró con duras críticas por las acciones del CAAP.

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