EL TERRORISMO DEL IMPERIO

por Rafael Gómez

El Francotirador (American Sniper)
Película bélica. Dirección: Clint Eastwood. Guión: Jason Hall. Libro: American Sniper, autobiografía de Chris Kyle. Fotografía: John Stern. Montaje: Joel Cox y Gary Roach. Reparto: Bradley Cooper (Chris Kyle), Sienna Miller (Taya Kyle), Luke Grimes (Marc Lee), Kyle Gallner (Winston), Sam Jaeger, Joel Lambert. Origen: Estados Unidos, 2014. Duración: 132 minutos.

Argumento. La acción ocurre principalmente en Irak durante la Segunda Guerra del Golfo. El protagonista es Chris Kyle, un marine que pertenece a la elite SEAL (acrónimo de SEa, Air, Land), principal fuerza de operaciones especiales de la armada estadounidense. Chris Kyle tiene una familia tipo -bella mujer y dos niños saludables- en Texas, y trabaja de francotirador en Irak. Pasa, de hecho, mucho menos tiempo en Texas con su familia que en Ramadi, Anwar, Fallujah y Bagdad. Ciudades fantasmales y bombardeadas donde Chris Kyle, encaramado en azoteas, mata desde gran distancia a civiles, hombres, mujeres y niños, sin darles la menor oportunidad.
La película empieza planteando un conflicto moral. Se ve a través de la mira telescópica del francotirador a un niño cargando una granada rusa. Luego se ve un dedo sobre el gatillo del fusil M40. Aun no se produce el disparo. Irrumpe una escena retrospectiva (flashback) de la infancia del francotirador. Chris a los ocho años yendo de cacería con su padre, cargando un rifle Springfield. Entonces, apunta y mata un ciervo, su primer ciervo, y el padre festeja, le dice que tiene un don que deberá aprender a usar. Otra escena retrospectiva. Su padre -un granjero religioso de carácter fuerte- le enseña que hay tres clases de personas: las ovejas, los lobos, y los perros pastores. Y aclara golpeando la mesa de la cocina con un cinto, que no permitirá que sus hijos sean lobos ni ovejas. Aparecen más retrospecciones. Su mala vida de vaquero. Una mujer que lo engaña. El atentado a la embajada estadounidense en Kenia, atribuido a Bin Laden. Ingreso de Kyle a la Armada. Entrenamiento duro. El encuentro de Kyle con la bella Taya, que queda deslumbrada por el marino del SEAL. Casamiento. Una ciudad árabe bombardeada. Uniforme de camuflaje, fusil, azotea. Y vuelve la escena del niño iraquí cargando la granada, yendo hacia un tanque estadounidense. Chris Kyle dispara. Se desploma el niño. Sangre en el pecho. Una mujer con hiyab corre hacia él. Dedo en el gatillo del M40. La mujer toma la granada y avanza hacia un tanque. Chris Kyle dispara.
La película sigue con la matanza desde distintas calles y azoteas. Kyle también interviene en operaciones junto a la tropa, invadiendo domicilios buscando rebeldes y armas. Los muertos se multiplican. No encuentran armas químicas pero sí un marine muerto y torturado colgando de una cadena, al estilo de las horror movies. Los iraquíes son salvajes, se dice varias veces en la película.
El segundo conflicto que se plantea -aunque envuelto con pretendido patriotismo- es la adicción de Kyle a la guerra. Hace cuatro viajes a Irak, y está “fuera de casa” un total de más de 1000 días, apenas conoce a sus hijos y su mujer amenaza con dejarlo. Decide hacer el último viaje para vengar a un amigo, se propone matar al más hábil y escurridizo francotirador iraquí. Y lo consigue, acierta a más de 1900 metros y desbarata una trampa de los rebeldes. Recién entonces Chris Kyle “vuelve a casa”. Se integra a su familia sin mayores secuelas de la guerra, orgulloso de haber servido a su país, “el mejor de los países del mundo”. Monta una empresa de seguridad, se dedica a la familia, y brinda acompañamiento terapéutico a los excombatientes con problemas de integración, hasta que uno de ellos lo mata. La película simplemente lo enuncia, no tiene la escena de la muerte del protagonista ni tampoco la explica. Sí muestra un cortejo fúnebre multitudinario y sentido en una autopista, una bandera a modo de arco triunfal sostenida entre dos grúas, el homenaje en el Cowboys Stadium en Arlington, Texas, un entierro solemne con el ataúd tachonado de insignias SEAL. Y nada más, construcción y despedida del héroe.

Producción. En 2012 el actor Bradley Cooper y la Warner Bros. compraron el libro American Sniper. En 2013 se anunció que Steven Spielberg dirigiría la película, pero Spielberg acabó renunciando a los tres meses. En 2014 se hizo cargo de la dirección Clint Eastwood. El rodaje empezó el 31 de marzo de 2014 en Los Ángeles y se filmó también en Marruecos y Afganistán. Su costo fue de USD 60 millones. El estreno fue el 25 de diciembre en Estados Unidos. Y hoy, a cuarenta días del estreno, la recaudación supera USD 250 millones. Tuvo seis nominaciones a los premios Óscar, y otras nominaciones a los premios Satellite, National Board, PGA, Eddie, BAFTA, PGA, y varios más.

Análisis. Antes de analizar esta película y descubrir sus propósitos (porque tiene propósitos) conviene saber de dónde viene. Chris Kyle existió, fue un marino SEAL desde 1999 hasta 2009, y estuvo cuatro veces en Irak, desde 2003 hasta que pidió la baja en 2009. Ya en Texas, montó la empresa de seguridad Craft International y escribió su autobiografía, American Sniper, que tuvo cierto éxito y es la base de la película. Kyle dice en el libro que lo que hacía en Irak era divertido (matar iraquíes). Se adjudica 255 muertes, aunque el Pentágono registra 160, cifra que lo convierte en el francotirador más letal de Estados Unidos. Kyle cuenta que competía en Irak con otro francotirador SEAL. Pero agrega a continuación: “El número no es importante. Aunque hubiera deseado matar más. No para jactarme, sino porque creo que el mundo está mejor sin salvajes que acaban con la vida de los americanos”. En la película se habla contantemente de salvajes, en referencia a los iraquíes, se recrea la primera cacería de Kyle, y se explica su resolución de matar por el mandato paterno, que designa a Kyle como el perro pastor que cuida las ovejas. ¿Hay algo religioso en esto? En realidad Kyle se divertía, disfrutaba jugando a ser Dios, encaramado en una azotea con su fusil y determinando la vida o la muerte de las personas (para él, salvajes). Chris Kyle era un monstruo, pero la película lo disfraza o lo oculta para transformarlo en héroe. No muestra la película que al volver a su casa sufría depresión postraumática, por no aceptar que su participación en la guerra había terminado. (1)
La película, esconde, construye una escenografía patriotera y emocional pero no muestra lo esencial sobre la causa de esta guerra y sus protagonistas. Los soldados estadounidenses no son paladines de la libertad ni guardianes de la paz: son invasores. Y los iraquíes no son salvajes. ¿Cómo podrían ser salvajes los vecinos de Bagdad, la culta ciudad de “Las mil y una noches”, que antes fuera Babilonia, cuna de nuestra Civilización Occidental? A menos que se los considere salvajes por resistir la ocupación…
¿Cuál fue la causa de la guerra? Estados Unidos invadió Irak por el petróleo y para sostener su industria armamentista y su propia economía. La excusa fue buscar armas químicas escondidas en el desierto por Sadam Husein. El propio gobierno de EE UU desestimó al poco tiempo la existencia de esas armas, admitió que se había guiado por pruebas falsas.
¡Pero los marines ocuparon y devastaron Irak por más de diez años! ¡Mataron a 400.000 civiles, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, otros informes hablan de más de un millón! La película tapa todo esto con una escenografía de videojuegos, armas de todo tipo, uniformes camuflados y vehículos militares, muchos tiroteos de western, la bella y sumisa esposa del protagonista, nacionalismo, alta tecnología de cámaras y un final a lo John Wayne. La película oculta y disfraza el terrorismo del Imperio (le endilga el terrorismo a los salvajes), pero además intenta construir una épica. Trata de hacer del propio terrorismo una causa noble. Y lo peor de todo, la película busca ser un polo de atracción, un centro de reclutamiento, para la enorme masa de jóvenes desocupados estadounidenses que podrían elegir convertirse en Chris Kyle para solucionar sus vidas. (2) Otro propósito político claro de la película, sería además un anuncio de más terror, de más guerras del Imperio en el Tercer Mundo.

————————

1. Tampoco se comenta en la película que el lema de su empresa de seguridad Craft International era: “A pesar de lo que dice tu madre, la violencia resuelve los problemas”. ¿Qué clase de individuo puede sostener eso?
2. Si se considera que la franja etaria entre 18 y 30 años es de 38 millones de hombres en Estados Unidos, y que la tasa de desempleo correspondiente es del 13,6 % (datos del 2014), estamos hablando de más de 5 millones de jóvenes que podrían, eventualmente, ingresar a la armada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *