Crónicas VAStardas

Porno y Estado por Gustavo Zanella Hoy día el empleado público es como un actor porno. Una vez dentro, no hay forma de salir. Un tercio de la población te odia porque cree que sos el responsable del cáncer de su abuelita; otro te desprecia porque sospecha que tenés beneficios que ellos no, aunque no pueda precisarlos. El otro tercio está compuesto por los mismos empleados públicos, sus familias y un montón de jipis progres que se acordaron de defender lo público cuando les clausuraron el baldío donde plantaban mijo (Leer más…)

Crónicas VAStardas

Cristifest por Gustavo Zanella Ni bien sale el fallo contra Cristina, la muchachada se vuelca a las calles por miedo al quilombo. Actitud peronista: de casa al trabajo y del trabajo a casa, en lo posible rápido y sin politraumatismos. A todos se les ocurrió lo mismo. El metrobús rebalsa de gente, y eso que muchos se apiolaron de arrancar temprano para evitar precisamente esto. La calle es un hervidero de policías. Hay tortugos con ganas de pegar, policías con motos grandes, chiquitas y medianas; policías de tránsito, carros hidrantes (Leer más…)

El Eternauta y los amigos del campeón

por Gustavo Zanella Cuando un producto cultural argentino es bueno, hay que celebrarlo. El problema es el oportunismo masivo que vacía el debate en torno a la obra, al logro o a la persona, con la intención de vender más, generar contenido, y sacarse una selfie. Se ha dicho hasta el hartazgo que los argentinos somos exitistas. Bien lo sabe Lionel Messi, que fue lapidado durante años mientras su rendimiento en la Selección no era el esperado. Cuando ganó un Mundial, se volvió un ser sobrehumano, inapelable e incuestionable. Debido (Leer más…)

Crónicas VAStardas

Teogonías  por Gustavo Zanella   Colectivo semi repleto. Media mañana. Lunes. Sin preguntarse por si es o no correcta la oportunidad, una pareja que va con una bebé comienza a moverse en sus asientos. Inquietos, revuelven cosas en un bolso de mano, intercambian lugares. El tipo se pone de pie. La mujer extiende una mantita, desnuda a la bebé y le cambia el pañal. El olor a mierda entre sólida y chiclosa inunda al colectivo que, como está fresco, lleva las ventanillas cerradas. Alguien tira unas arcadas que todos ignoramos, (Leer más…)