Crónicas VAStardas

Iluminate por Gustavo Zanella. Caballito. A unas cuadras de Acoyte y Rivadavia. El gentío está a un paso de cortar la avenida. Extrañamente no reclaman nada, no se quejan de nada. Están celebrando. Lo curioso es que celebran cosas distintas. Unos, que egresan de la escuela cheta y de misa diaria que está frente al parque. Ochenta púberes pre adolescentes saltando, gritando y mandándose mano no tan a escondidas. Otros, que se recibieron de algo, y salen haciendo trencito del Starbucks. Son como veinte. Como la vereda es estrecha avanzan (Leer más…)

Crónicas VAStardas

Jano por Gustavo Zanella Conozco pocos extranjeros pero si me cruzara con alguno y me pidiera un consejo para moverse por la Ciudad le diría una sola palabra: regularidad. Ahí está el secreto. Encontrar las regularidades ocultas en la trama evidente de lo cotidiano. Por ejemplo, los fumadores de paco de Constitución. Son varios, una veintena, más o menos. Los números cambian, ora porque se mueren, ora porque pasan una temporada en cana, ora porque los mandan a una granja a rezar y curtirse en los secretos de la porcelana (Leer más…)

Crónicas VAStardas

Sadako por Gustavo Zanella Tren Roca mano a capital. Pego asiento al lado de un trajeado que lleva un ramo de rosas rojas que debe valer un potosí. En alguna estación entre Bernal y Sarandí sube un chabón con una especie de changuito tuneado. Lleva un parlantito chico, pero pulenta, con lucecitas de colores. Entra al vagón al grito de -Vamos a romperla, chiques.- Y empieza a cantar como si estuviese solo en la ducha de una casa en mitad del desierto de Negev. El tipo tiene una facha de (Leer más…)

Crónicas VAStardas

Gilda por Gustavo Zanella Dice el poeta que después del amor nunca nada es igual. Y no debe andar tan errado porque la zanja que separa el antes y el después del primero es profunda y ancha. En especial si te agarra de pibe, cuando los patos de la niñez se desacomodan y ya nunca más vuelven al paraíso perdido de la inocencia. Hoy cumple años Gilda, por eso pienso en esto. Gilda fue mi primer amor. Me da vergüenza recordarla porque su sola presencia en la memoria me vuelve (Leer más…)