Mujeres y escritura: una deuda pendiente

por Maia Kiszkiewicz A los 19 años, Chimamanda Ngozi Adichie fue de Nigeria a Estados Unidos para estudiar. Allí, su compañera de cuarto se desconcertó, entre otras cosas, al enterarse de que escuchaba a Mariah Carey y hablaba en inglés —idioma oficial de Nigeria—. Su actitud para con Chimamanda, en tanto que africana, fue una especie de lástima bienintencionada y paternalista. “Mi compañera de habitación conocía una única historia sobre África, un relato único de catástrofes”, reflexiona la narradora, escritora, novelista y dramaturga, Chimamanda Ngozi Adichie, en una charla TED. (Leer más…)