Ariel Prat por Bebe Ponti

Por cábala, curiosidad o azar, el martes 13 de marzo, el cantautor porteño Ariel Prat presentó en el Centro Caras y Caretas su primer libro de poemas que, precisamente, se titula «Curiosidad y Azar», editado por el sello Milena Caserola  que coordina Matías Reck junto a Patricia González López  y otros treinta  autores vernáculos.
El poeta Pancho Muñoz, autor del prólogo de «Curiosidad y Azar», y el escritor y poeta Adolfo Bebe Ponti  tuvieron a su cargo la presentación del libro de Ariel Prat.  A continuación reproducimos la reseña que Adolfo Bebe Ponti hizo de esta obra literaria.

Ariel Prat por Bebe Ponti*

“Tengo el placer de compartir con  ustedes  el nacimiento del libro “Curiosidad y Azar” de mi amigo Ariel Prat, una bellísima obra poética que revela la faceta literaria de este gran músico e intérprete argentino, cuyas canciones nos vienen deleitando desde hace mucho tiempo, no sin rigor literario. Las obras de Ariel siempre estuvieron atravesadas por la poesía, por la búsqueda del mensaje con valor estético, por la belleza y la complicidad con otros autores de raigambre literaria, entre los cuales me incluyo; pero fundamentalmente estuvieron surcadas por las vibraciones de la vida.

Nunca dejó de ser un poeta

Ariel nunca dejó de ser un poeta y su propuesta de canción, como la de tantos otros artistas, pone en entredicho la diferencia entre poesía y letra.
Personalmente pienso que la canción es una expresión más de la poesía, simplemente alcanza con revisar las creaciones de Homero Manzi, Cadícamo, Cátulo Castillo, Bob Dylan, Spinetta entre muchísimos otros autores y compositores. Éstos, a través de su producción formalizaron un registro poético tan importante, que hasta inclusive, el canon literario lentamente comienza a reconocer y a considerar a la canción como un género más de la literatura, no exenta de las riquezas del lenguaje.
Sin ir más lejos, el año pasado le otorgaron el premio Príncipe de Asturias de las Letras al cantante canadiense Leonard Cohen, por contar la vida «como una balada interminable» y haber creado “un imaginario sentimental en el que se funde la poesía y la música”.

No quiero entrar en divagues intelectuales pero me parece justo y de ocasión, recordar que hace mucho tiempo el poeta Allen Ginsberg, unos de los máximos íconos del movimiento beat norteamericano afirmaba que, muy probablemente en el futuro, muchos músicos- poetas serían nominados para el Nóbel de literatura. Y citaba específicamente a Bob Dylan, cuyo nombre se encuentra precisamente hoy en la nómina de los autores que estudian los académicos suecos con chances de recibir el premio.
La mirada proyectiva del autor de Aullido, más que una predicción fue la impresión de un escritor comprometido con la palabra.

Curiosidad y azar

Dicho esto quiero ir directamente al libro de Ariel Prat, la estrella que me llama esta noche, el sentimiento que nos convoca a juntarnos a alrededor de la poesía que este juglar sacó de su alma, de su pensamiento, de su dolor, como una llave de cristal para abrir una piedra que esconde un tesoro.
Porque la poesía, gracias a Dios o a la inspiración, o a quien sea, no deja de ser un hecho mágico: tanto como ver un pájaro posado sobre los cables del arcoiris después de la lluvia.
Cuando empecé a leer su libro no pude parar de leerlo. Lo devoré con ansiedad, como si fuera un manjar, una fruta deliciosa que se mastica sin respiro; y se lo confesé en un correo inmediatamente, después de la lectura. Porque me quedé con ellos, con sus poemas, pensando en la vida, en la amistad, el amor, el exilio, la muerta. ¡Sí, la muerta!, esa que se acuesta con el deseo cuando nadie la ve. Estos son los temas que trata el libro de Ariel.
La poesía tiene la virtud de indagar sobre aquellos interrogantes que nos acompañan desde que nacemos, de hurgar sobre los misterios de la vida y muchas veces de revelarnos lo que otras disciplinas o ciencia no lo pueden hacer.
El poeta Paul Éluard decía: “La poesía está en el mundo para salvarnos del mundo.” Y yo, simplemente quiero poner como ejemplo de esta afirmación un fragmento, precisamente del poema Curiosidad y Azar, que da título al libro:

Que es corto el tiempo y no para
descubriste sabiamente.
pero no armes el árbol,
ahora que estás en septiembre.

Estos versos del poemario resumen a la manera de un tratado, el poder que la poesía tiene para explicarnos lo que a veces nada ni nadie puede.
Curiosidad y Azar es un libro que de principio a fin nos lleva al filo de la navaja, como a un wing que corre por la línea, de un lado está la cancha y del otro la nada, el abismo, como me dijo alguna ves un jugador de fútbol cuando le pregunté por el destino trágicos de los wings.
También Ariel representa en esta obra al poeta expatriado por la circunstancias, compungido por el dolor de la distancia. Los argentinos tenemos una larga tradición de destierros voluntarios e involuntarios, de exilios internos y externos, muchas veces por persecuciones políticas y otras veces por desolación económica.
Creo que Prat madura estos poemas y canciones en el desgarro de la soledad, de la lejanía, allá en España, en Olvega, donde se radicó hace tiempo y donde escribió mayormente casi todos los poemas y canciones que componen este volumen. Sus poemas buscan acercar lo que falta, completar el vacío, designar el silencio. El arte casi siempre nace de la falta. En “Terminillo” dice:

Y desde algún portal de terminillo
Rincón tan luminoso de delicias
En vano a mi vieja, entre sus calles busco.
En cualquier ventanal, domingo al fin,
Mi tarde arderá sin su mirada…

Curiosidad y Azar es un libro donde Buenos Aires titila como una estrella mostrando sus esquinas, sus barrios. Abriendo la puerta de una cancha de fútbol, o la ventana indiscreta de algunas de sus plazas donde la poesía se consuma en la belleza de lo prohibido, de lo terrenalmente carnal como los muslos de una dominicana ardiendo detrás de la vidriera de la luna.
Ariel también le canta a las putas, pero no como un cafiolo o un onanista, sino como un amante. Digo esto con conocimiento de causa, alguna vez tuvo una novia que era puta, meretriz y le dedicó una canción que figura en su repertorio discográfico.
En el poema Dominicana de 11, dice lo siguiente:

Sobre la estepa gris de Miserere.
Te comerían las dominicanas
Te casarían hasta con s
Y te aconsejo pagarles
Y morderles el culo en un hotel
Cerquita de allí.
Que es lo que quieren.
En plaza Miserere estallan las Dominicanas.

Para finalizar quiero invitarlos a leer el libro, no vayan a pretender que yo les cuente todo. La magia, para que se haga realidad: necesita de los ojos del otro, de los ojos y del alma del lector.»

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*Adolfo Bebe Ponti, es autor de trascendentes  letras del cancionero popular folklórico argentino y, entre otras obras literarias,  del libro Jacinto Piedra por Bebe Ponti,  junto a Silvina Damiani.
Fotos: Patricia González López

Comentarios

  1. Grande Ariel…por lo poco que lei…esta buenisimo,(EL LIBRO REPRESENTA AL PORTEÑO, ESE DE PLAZA MISERERE…ESTA MORTAL..EL QUE NO HIZO ESO, ES UN GIL. Yo estuve en los corSos de SAN MARTIN DE LOS ANDES Y LA ROMPISTE GROSO…TE MANDO UN ABRAZO GIGANTE Y TODA LA SUERTE

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