Marta Montero: No vamos a permitir que nos sigan matando

por Miranda Carrete y Mariane Pécora El 8 de octubre de 2016, Lucia Pérez fue drogada y abusada sexualmente hasta morir. Los responsables de este femicidio, Matías Farías y Juan Pablo Offidani con la complicidad de Alejandro Maciel, depositaron su cuerpo en la puerta de una sala de salud de Playa Serena en la ciudad de Mar del Plata. Lucía tenía tan sólo 16 años y la ferocidad de su femicidio motorizó el primer Paro Nacional de Mujeres. El miércoles 19 de octubre, las calles de todo el país tronaron (Leer más…)

La lucha por la sanción de la Ley de Danza

por Maia Kiszkiewicz Eva Martínez, bailarina, coreógrafa, investigadora y Licenciada, en Jujuy, en Trabajo Social, recuerda su relación con la danza desde los cinco años. “Siempre supe que quería dedicarme a esto, aunque en un momento dudé por la inestabilidad laboral”. Julieta Rodríguez Grumberg, coreógrafa, intérprete, docente, gestora, Licenciada en Composición Coreográfica y egresada del Taller de Danza del Teatro San Martín, también empezó de niña. Tenía mucha energía y la llevaban a diferentes actividades: patín, gimnasia deportiva. Una vez la mandaron a una clase de danza y le encantó. (Leer más…)

Alfredo Moffatt. El reparador de sueños.

por Mariane Pécora Partió Alfredo Moffatt. Lo llamábamos «El reparador de sueños», porque era incansable y dedicado al bien de todos como el protagonista de aquella canción mágica de Silvio Rodríguez. Alfredo Moffatt  dedicó su vida a trabajar, desde la psicología social, con los excluidos de la sociedad, los locos, los pobres, los marginales… Moffatt era como un duende que traía alivio. Discípulo de Enrique Pichón Rivière, Moffatt construyó experiencias terapéuticas alternativas, como La Peña Carlos Gardel en el Hospital Borda, el grupo Cooperanza -que derivó luego en la Radio (Leer más…)

Relatos Indómitos

Pobres. Rotas. Invisibles. por Marta García Le enseñaron a correr por todo. Por hambre, por agua, por lugar bajo el puente, por cajas de cartón, por traiciones de revolución industrial, por los disparos. No le permitieron un descanso y al no saber cómo recuperar el aliento, naturalizó que no le correspondía. Un día se desplomó en la intemperie. Y sin cobertura social, ni justicia, ni Estado fue abandonada en la calle. Y hasta el desamparo la canceló. Como lo que la perseguía siguió la inercia de los acontecimientos fue alcanzada (Leer más…)