Buenos Aires Jazz Festival

En modo presencial y con artistas locales vuelve el Buenos Aires Jazz Festival después de un 2020 virtual. Este año la programación de conciertos que incluye solo músicos locales, arranca bajo la dirección artística de la cantante Julia Moscardini.

Este año, la apertura del Buenos Aires Jazz Festival coincidirá con los festejos de la Noche del Anticuario y por eso este jueves mudará su acción a la zona de San Telmo con conciertos, intervenciones y actividades en la calle Defensa entre las 18 y las 21 y cuatro conciertos bajo techo: dos en la Scala de San Telmo (Norris Trío a las 19 y Pablo Raposo Quinteto 21.30) y dos en Arte Antica Antigüedades (Páez-Boccanera-Gatica a las 18.30 y Miguel Tarzia Trío a las 20), gratis con reserva previa en los cuatro conciertos.

Mientras que el cierre se desarrollará el domingo 7 a las 20 con la actuación del sexteto Escalandrum a las 20 en la sala Auditorio de la Usina de las Artes. Ese mismo día a las 19 en la Sala de Cámara actuará el quinteto del pianista Ernesto Jodos.

Más de 30 grupos que tomarán parte del Festival lo harán luego de haber sido seleccionados en una amplia convocatoria que reunió a 270 propuestas y que según cuatro criterios de selección (discos nuevos, músicas originales, free o jazz contemporáneo y jazz tradicional) fueron elegidos por un jurado.

«Siendo el Festival un espacio público creo que su función es reflejar lo que está pasando en la escena, más allá de las preferencias estéticas de cada uno; por tanto intentamos incluir en la programación las distintas líneas que reflejen esa versatilidad y amplitud que tiene el jazz argentino que se toca en la actualidad», comentó Julia Moscardini a Télam.

«En la programación -agregó la directora artística del Festival-, hay gente con trayectoria que transitó distintos caminos, hay referentes claros del género en el país y hay también propuestas de gente joven muy sólida; mucha variedad etaria, de géneros, de estilo».

En términos concretos, el Festival tendrá una serie de espacios por los que irán rotando los distintos grupos: la zona de San Telmo y el Casco Viejo de la Ciudad, los clubes de jazz de Palermo y la Usina del Arte, en La Boca, reducto tradicional del encuentro a lo largo de los años.

En Virasoro Bar -pequeño pero tradicional reducto de jazz de Palermo-, el viernes y el sábado habrá jam sessions, conducidas por el baterista Eloy Michelini, ambos días a las 22 con reserva de entradas previas; mientras que en el Jardín Japonés, el sábado a las 17 Delfina Oliver con su quinteto presentará su nuevo disco «Tokyo Sessions».

Otros conciertos destacados del Festival serán el que reúne al dúo del saxofonista Ricardo Cavalli con el pianista Guillermo Romero que actuarán en la Sala Auditorio de La Usina, en un programa que incluye un concierto de la Big Band del Conservatorio Manuel de Falla el viernes a las 20; mientras que el sábado a las 19 en Thelonious habrá un cruce de distintos músicos del país y a las 20 en la Usina estarán el Hernán Jacinto Trío y Barbie Martínez Septeto a las 20.

El domingo a las 18 en el Anfiteatro Eva Perón de Parque Centenario se presentará La Fundación de Funk con un concierto distendido al aire libre.

En forma virtual habrá dos masterclass: una a cargo del contrabajista argentino radicado en España Horacio Fumero y otra de la cantante y trombonista española Rita Payes

«El toque en vivo en el jazz es fundamental en la experiencia, por suerte, hace ya un par de meses la escena está muy activa con los conciertos de bandas en vivo en los clubes de jazz de la ciudad, de modo que está bueno que el Festival pueda ser parte de esta reactivación», comentó Moscardini, que debuta en la dirección artística del encuentro este año, todavía surcado por la pandemia y los efectos del aislamiento, que obligó a una rápida programación elaborada en dos meses -cuando se pudo volver a programar reuniones con público-, y sin conciertos en vivo de músicos extranjeros .

Haciendo un análisis de la escena argentina del jazz, Moscardini, resaltó que algo de lo que destacó en la recepción a la convocatoria que hicieron desde el Festival fue «la cantidad de grupos que proponen composiciones originales y también que hay muchas bandas con propuestas no solo asociadas a la estética tradicional del jazz sino con sonoridades más modernas, con intervenciones electrónicas o combinaciones con cuerdas más asociadas a la música clásica».

«También es interesante el pulso de una escena muy activa, con gente de mucha trayectoria intentando cosas nuevas e incorporando a jóvenes en sus proyectos e, incluso, proyectos liderados por jóvenes con la presencia de músicos de mucho recorrido, además de que hay muchos espacios abiertos a la programación del jazz, aun cuando no se trata de una música de las más populares», concluyó la directora artística del Festival

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