El reclamo por la vivienda digna

«Nos quedamos sin nada, perdimos toda una vida y nadie del gobierno de la Ciudad se hizo cargo», se lamenta una mujer. Hasta el martes pasado, ella y sus dos pequeños hijos, habitaban en uno de los dos conventillos incendiados en el barrio de La Boca. Desde ese fatídico día acampa, junto a otros vecinos, frente a los escombros de lo que era su hogar.
Ante la falta de respuesta del Gobierno porteño, esta mañana los damnificados marcharon hoy al mediodía desde California 1140, donde se encontraba el conventillo, hasta Caminito para reclamar una solución habitacional. No obtuvieron ninguna respuesta. Mañana al mediodía realizarán una olla popular en la esquina de Patricios y California.

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Carolina, una de las habitantes que acampa desde el día del siniestro, sostiene que «el gobierno de la Ciudad no nos responde, nos han dejado tirados a la buena de Dios porque ellos dicen que la administración pública recién abre el lunes próximo, por eso mañana vamos a hacer una olla popular en Patricios y California para seguir visibilizando su inoperancia».
«Vino gente de Buenos Aires Presente (dependiente del Ministerio de Desarrollo Social porteño) y nos ofrecieron ir a un parador y 1.800 pesos, pero con esa plata no podemos alquilar nada, ni una pieza. Somos gente trabajadora como cualquiera que pensábamos pasar unas fiestas tranquilas pero ahora estamos todos en la calle y parece que al gobierno eso no le importa».
La mujer aseguró que una vez desatado el incendio todo ocurrió «muy rápido» y que no pudieron sacar ninguna de sus pertenencias.
«Comemos gracias a los vecinos y a los comedores del barrio, la gente de la zona nos donó ropa, calzado y frazadas», contó.
«A la noche nos turnamos para que algunos vayan a descansar unas horas a casa de familiares, amigos o de vecinos. Es muy injusta esta situación porque tendría que ser el gobierno porteño quien nos ayude, perdimos todo», añadió.

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El martes 23 de diciembre, el incendio de un conventillo en el barrio de La Boca, puso en evidencia, una vez más, la precaridad habitacional de la Ciudad. Luego del siniestro, veinte de familias quedaron literamente en la calle, acampando entre los escobros, tras rechazar la oferta del gobierno porteño de trasladarlos a los paradores para gente que vive en situación de calle. Los damnificados argumentaron entonces que «esos no son lugares para las familias». Tampoco se les permitió ingresar a sus vividendas a rescatar bienes personales.

Fotos: Prensa Los Pibes

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