
Triste, solitario y final
por Federico Cogguzza “La primera vez que posé mis ojos en Terry Lennox, éste estaba borracho, en un Rolls Royce Silver Wraith frente a la terraza de The Dancers (…) Me dirigí a casa reflexionando sobre lo ocurrido. Creo ser un tipo duro, pero había algo en ese muchacho que me impresionó. No sabía qué era, a menos que se tratara del cabello blanco, las cicatrices en la cara, su voz clara y su cortesía. Tal vez todo aquello fuera suficiente. No había motivo para pensar que podría volver a (Leer más…)

¿Para qué una Ley Nacional de Danza?
por Eugenia Schvartzman* En el complejo contexto político a raíz del proceso electoral, asistimos a una serie de debates sobre el rol del Estado, los derechos sociales -y de todo tipo-, el funcionamiento de las instituciones y, en definitiva, sobre cómo deseamos vivir. Es una pregunta que puede leerse con relación a cómo entendemos que se debieran resolver nuestras necesidades básicas y por tanto cuáles son estas necesidades, pero que también se puede profundizar desde el punto de vista filosófico para pensar qué sociedades deseamos construir y con qué parámetros (Leer más…)

“Si el fin de la música es el éxito, no es música sino producto”
por Maia Kiszkiewicz Carina Fraszczak es artista, compositora y gestora de los Premios Mercedes Sosa, un evento que galardona la labor musical a la vez que resulta en una excusa para generar el encuentro entre colegas. “El foco es que nos juntemos y hagamos música. Que pensemos en la calidad y no en la cantidad de escuchas”, dice la organizadora de la celebración que este año tuvo como ganador del premio de oro a Lucas Aráoz. El impulso iniciático para la creación de los Premios Mercedes Sosa fue personal. Carina (Leer más…)

“Mostrar la violencia sistémica es distribuir responsabilidades”
por Maia Kiszkiewicz El ruido de la reja. Olor a orina. Unas cuantas camas de cemento. La muerte de un alumno. De otro chico. Sus nombres: Lucas Simone, Diego Borjas… Verónica Velásquez, también conocida como Veroka, vivía y anotaba. Sus cuadernos de crónicas manuscritas se volvieron, desde 2011, testigos de la desidia, el dolor y la negligencia que sintió durante y después de coordinar talleres en institutos de menores. Espacios que hasta 2016 dependían de Nación, luego pasaron a manos de Ciudad. Los trazos en el papel eran una herida (Leer más…)