Sueños de payador

por María Casalla Gabino Ezeiza -mítico personaje de la escena cultural argentina de principio del siglo XX- nació en el barrio de San Telmo un  3 de febrero 1858.  De ascendencia afro y humilde,  fue payador de oficio y autor de más de 500 canciones que son parte del acervo de nuestra cultura popular. Sus aportes al folclore y al tango fueron valiosísimos  ya que fue él quien introdujo el ritmo de la milonga a la payada.

Armando Discépolo

por Teodoro Boot “Mustafá”, “Giacomo”, “Stéfano”, “Mateo”. El suyo también debió nombrar uno de los sainetes a partir de los que creó el grotesco criollo. Hijo mayor del músico napolitano Santos Discépolo, que llegó a ser el primer director de la Banda Municipal y hasta compuso un tango, si bien nacido en Buenos Aires, Armando era un “italiano” seco y duro que durante 20 años creó piezas teatrales con el tesón de quien apila ladrillos. Primero fue actor, pero se aburría, y desde los 18 años, cuando murió su padre, (Leer más…)

Tita Merello: La hija de la lágrima

Por Adrián D`Amore Tita Merello integra el Olimpo de la cultura popular argentina. Actriz y cantante singular, su vida personal y su trayectoria artística se fundieron con el correr de los años al influjo de una personalidad avasallante que fraguó un icono de época. Hija natural, al igual que otros insignes referentes nacionales como Carlos Gardel y Juan Domingo Perón, modeló su figura desde la nada, peleándole a la adversidad y al sufrimiento a fuerza de voluntad, sacrificio y talento. “Mi infancia fue breve. La infancia del pobre es más (Leer más…)

El editor que amaba exactamente los libros

por Gabriel Luna ¿Puede un editor no amar los libros? Sí. Parece una contradicción, pero ocurre frecuentemente. Los editores no aman los libros. Porque si están atados a un mercado o a un gusto, género o estilo en particular, no aman exactamente los libros. Buscarán las ventas y los beneficios a través de lo que les dicta el mercado, o tratarán de difundir determinada obra por coincidencia ideológica o porque les gusta la obra. Pero no aman precisamente los libros. ¿Cómo es esto? ¿Cuál es la diferencia con Gleizer, que (Leer más…)