Bailar, bailar… hasta que se vayan

“Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”, decía la feminista Emma Goldman.[1] Pero la cuestión, además de la alegría emancipadora, es saber quiénes y por qué bailan. Hace cuatro años, el macrismo encarnado por la alianza Cambiemos, saltaba de la Ciudad para tomar las riendas del país. Macri llegó al poder bailando solo o con algunos pocos miembros de su equipo mientras prometía una revolución de la alegría, que derivó -como ya es sabido- en una formidable involución social, cultural y económica. Y la Ciudad de Buenos Aires, (Leer más…)