Duendes por la dignidad

Había una vez un trabajador del autogestionado Hotel BAUEN que iba volcando algunas ideas en pequeños ayuda-memorias: un hotel saqueado, la policía en la puerta y toda clase de conflictos sociales que sucedían allá por el año 2004. Guillermo Pflüger no lo sabía, pero le estaba surgiendo la idea de realizar un libro que relatase la historia de la Cooperativa de los trabajadores del BAUEN. Ese libro se llama: Duendes por la Dignidad.

… ‘¡Es mío y nada más que mío! ¡No habrá más hotel!’ Y sin avisar a nadie, lo cerró. Hizo poner un candado en el portón principal y se fue, dejando a los duendes en la calle…”

Mirta Narosky estuvo encargada de los textos que fueron ilustrados por Shúfer. El prólogo lleva la firma de Osvaldo Bayer, que lo escribió ni bien supo del cuento. En un párrafo escribe: “(…) Un cuento fantástico en cuanto a sus resultados, no en cuanto a su imaginación: porque lo que hicieron los duendes lo podemos hacer todos los humanos. Basta con darse coraje y tomarse de las manos para marchar juntos hacia el futuro, como amigos en la unión fraterna. (…)”

Luego de terminar sus actividades en la cooperativa, Guillermo recibió a Editorial Muchas Nueces en uno de los salones del hotel y cuenta: “Escribí esto para que desde chicos aprendamos que se puede recuperar algo, que los pequeños pueden contra el poderoso. La ilustración donde el rey aprieta a los duendes es real, nos pasó a nosotros”.

El cuento comienza con una abuelita preparando chocolatada y bizcochos, como un ritual previo a la historia que les va a contar a sus nietitos, le consultamos a Guillermo acerca de porque no empezaron por la historia de los duendes directamente: “La idea de la abuelita es de Mirta Narosky y me pareció bárbaro porque es como una revalorización del trabajo de los mayores, respetándolos y tomando toda su experiencia para seguir.”

¿Cómo fue la experiencia desde que estuvo la idea hasta llegar al libro impreso?: “La experiencia fue buena, lo financié yo… En los primeros tiempos no había dinero acá, con la ganancia compramos sillas y herramientas de esta primera edición de 2 mil ejemplares que imprimimos en Chilavert (una imprenta autogestionada por los trabajadores). De los 2 mil en realidad vendimos mil, el resto lo regalamos a otras cooperativas y movimientos sociales. El trabajo al hacerlo estuvo bien justificado.” relata Guillermo.

Guillermo informa que en la actualidad el BAUEN está a 10 años de su toma original con 150 trabajadores: “Estamos pidiendo la ley de expropiación definitiva para que finalmente pueda quedar este hotel en manos de los trabajadores y peleando como siempre contra los intereses que nos quieren desalojar.” Y remata: “Siempre hay que poner el talento al servicio de una causa, al servicio del trabajo. Todos tenemos una historia, todos podemos escribir nuestra propia historia y si eso puede ayudar a otras personas a potenciar su propio trabajo es espectacular.”

 

Fuente: Cooperativa Muchas Nueces

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